En los últimos años ha ocurrido un auge de la inteligencia artificial. Detrás de estos sistemas existen unos modelos matemáticos y unos supuestos para su diseño e implementación, por lo que en la cultura estadística no solo debe haber una preocupación por las nociones y los números, también por el poder que tienen estos en la realidad. Dado que todo modelo refleja una visión particular del mundo, su resultado puede transformarse en un ejercicio de persuasión: la teoría puede imponerse sobre la realidad e incluso distorsionar la comprensión para convertirla en una forma de convencimiento. La divulgación debe fomentar pensamiento crítico y deliberación pública. En última instancia, la estadística debe dejar de ser un lenguaje de poder para convertirse en un lenguaje de cooperación y emancipación ciudadana.